domingo, 23 de mayo de 2010

LA EVALUACION

Evaluación puede conceptualizarse como un proceso dinámico, continuo y sistemático, enfocado hacia los cambios de las conductas y rendimientos, mediante el cual verificamos los logros adquiridos en función de los objetivos propuestos.

La Evaluación adquiere sentido en la medida que comprueba la eficacia y posibilita el perfeccionamiento de la acción docente.
Lo que destaca un elemento clave de la concepción actual de la evaluación: no evaluar por evaluar, sino para mejorar los programas, la organización de las tareas y la transferencia a una más eficiente selección metodológica.

LA EVALUACION PUEDE SER:

Debe tener como base los objetivos propuestos: Con frecuencia nos encontramos con alumnos que, cuando quieren prepararse para una prueba de conocimientos, no saben exactamente qué estudiar, o con maestros que en el momento de presentarse a hacer un examen no saben todavía qué van a poner como materia de evaluación. Ambas actitudes revelan total desconocimiento de los objetivos que se pretenden o al menos olvido o poca importancia concedida a los mismos.

Se requiere que sea integral: El análisis de todas las posibles conductas que pueden esperarse de la persona como resultado de un aprendizaje, nos lleva a agrupar dichas conductas en tres grandes áreas: cognoscitiva, afectiva y psicomotriz.

Es preciso quo sea sistemática: Esto es, debe ser realizada con un cierto orden y secuencia planeados de antemano, (desde que se determinan los objetivos) para no caer en la improvisación quo nos lleve a emitir juicios equivocados; debe utilizar la técnica apropiada al rasgo quo se pretende evaluar y establecer criterios y normas quo sean del conocimiento de todos:

maestros, alumnos y padres de familia.

Ha de ser permanente: Esto es, debe realizarse en todos los momentos del proceso enseñanza-aprendizaje.

Tiene que ser total: Es decir, que todos los factores quo intervienen en el proceso enseñanza-aprendizaje deben ser evaluados: el alumno, el maestro, las autoridades escolares, la organización escolar, etc., dado que de todos esos factores depende el mayor o menor éxito del aprendizaje, la evaluación constante de ellos nos

permitirá tratar de que cada uno esté en las condiciones más propicias para favorecer el logro de los objetivos del aprendizaje.

Es indispensable que sea reflexiva: Esto es, cada una de las personas que intervienen en el proceso enseñanza-aprendizaje debe analizar su participación en él, en forma permanente y sistemática, en otras palabras, debe autoevaluarse con sinceridad y responsabilidad.

Debe ser recíproca: Para que haya reciprocidad en la evaluación, cada uno de los elementos deberá intervenir en la evaluación de los demás:

El maestro en la del alumno, las autoridades escolares y los padres de familia.
El alumno en la del maestro, las autoridades escolares y los padres de familia.
Los padres de familia en la del maestro, los alumnos y las autoridades escolares, etc.

LA EVALUACION NO PUEDE SER:
La evaluación no debe ser conceptualizada como juicio sistemático sobre el valor o mérito de algo.

No debe ser instrumento de tipo bloqueo a la hora de interacción comunicativa que se construye cuando se evalúa en el contexto de convivencia en la que se transcurre.

No debe ser de un punto extremo en el afecto y la amabilidad del estilo relacional entre evaluadores y evaluados puesto que puede inhibir los procesos mentales que arribarán a la expresión del conocimiento.

No debe ser usado como método de evidencia de poder entre evaluador y evaluados.

No debe ser un suceso, sino un proceso.

No debe ser un fin, sino utilizado como medio…

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